"La escritura no es producto de la magia, sino de la perseverancia."
(Richard North Patterson)

Texto Narrativo




"Un silencio impredecible" es un cuento que relata la historia de una joven, que debido al consumo de drogas experimenta un encuentro con la muerte de una forma muy particular, ella lucha constantemente por mantenerse en pie aun sin saber que su lucha es en realidad por mantener su corazón palpitando  y seguir con vida.







Un silencio impredecible

La intensidad de la luz me obligó a abrir los ojos, no recuerdo alguna vez en la que el día se viera tan claro,  recuerdo mirar por la ventana y fijarme que el lugar se veía diferente, desolado, la brisa se sentía más fresca y un tanto fría que de costumbre, normalmente en la casa se percibía el ruido de las calles y las personas que la rodeaban, pero ese día se percibía un silencio profundo en el que solo se diferenciaba a lo lejos un extraño sonido parecido a un golpe continuo que difícilmente se distinguía.

Salí en búsqueda de aquel ruido que me intrigaba tanto, pero en mi camino algo más llamo mi atención, aquel personaje a lo lejos parado en una esquina me miraba fijamente, era tan intensa su mirada que me sentí completamente atraída hacia él, no pude evitar sentir miedo hacia su presencia pero por más que no quisiera mi cuerpo no obedecía, en cuanto más me acercaba más notaba los rasgos de su cara, pálida y esbelta, ya a esa distancia podía distinguir fácilmente el azul claro de sus ojos, después de este momento el miedo se fue desvaneciendo, por alguna razón, difícil de explicar sentía que podía confiar en él.

No me atreví a decir palabra alguna, pero justo en ese momento él se volteó y se alejó dándome a entender que quería que lo siguiera, fui a dar mi primer paso cuando un llanto parecido al de aquel mito que mi madre contaba cuando pequeña interrumpió mi camino, sentí tanta angustia que corrí a buscar de donde provenía pero aquel hombre atractivo de la esquina puso su brazo sobre el mío y prácticamente me obligo a ir tras él, al principio quise huir pero tras un largo recorrido sentí que cada vez mis fuerzas se agotaban mas.


Llegamos a un callejón lejano, oscuro, algo tenebroso, jamás sentí tanto miedo, caminamos un rato más hasta adentrarnos por completo en el lugar, Durante el camino me fije una vez más en mi acompañante, alcance a divisar un extraño tatuaje que se escondía bajo la manga de su camisa, se me hizo tan familiar que en ese instante recordé, era Miguel, aquel amigo que había conocido hace tan solo seis meses en una fiesta; es como si un corto episodio de amnesia me hubiese impedido reconocerlo al instante.

Miguel bajo las manos a su bolsillo y saco de él dos pequeñas bolsas con aquel polvillo blanco con el que nos divertíamos tanto, puso sus manos frente a mi como si me diera a probar alguna de ellas, lo consumí y luego escuche de nuevo aquel sonido del golpe que de repente se hizo más fuerte y rápido, con este, un dolor intenso atravesó mi pecho y me tendí en el suelo, una vez más mis fuerzas se iban, esta vez mis piernas se debilitaron tanto que no pude sostenerme más, mire a miguel y en su cara solo se veía una inmensa sonrisa de satisfacción, es como si aquel que era mi amigo disfrutara de verme sufrir.


Él se agacho y tendió sus brazos hacia mí con la intención de alzarme y una vez me tenía en el aire el llanto de la mujer que había escuchado anteriormente se hizo más fuerte, pero esta vez lo reconocí, era mi madre, con las pocas fuerzas que me quedaban me baje de sus brazos y corrí hacia ella aun sin saber dónde estaba, me guiaba solo el sonido de su voz que una y otra vez repetía mi nombre.

Miguel se quedó fijo, me dejo huir como si supiera que no llegaría lejos, y así fue, unos pasos después caí de nuevo al piso, la luz en el ambiente se hizo más fuerte, me impedía ver casi por completo, aquel sonido similar a un golpe que se oía a lo lejos se hizo tan profundo e intenso que consumía mi cabeza por completo, sentí los pasos de miguel tras de mí, firmes, fuertes, cada vez más cerca, todo me volvía loca, estaba ahí tendida sin ver y con tal sonido ensordecedor, sin hacer nada, aquel llanto de mi madre había desaparecido por unos segundos, solo cerré mis ojos tratando de soportar lo que sucedía, lloraba al no saber que más hacer, me rendí.

Miguel se detuvo y con el todo este caos, lo mire con su mano extendida y la tome, creo que no tenía otra opción, quería que todo acabara, al tomar su mano el sonido de aquel golpe se tornó como un silbido fuerte, constante, creo que me quería decir que era el final, me sentí tranquila  por un segundo, pero luego una tristeza inexplicable lleno mi alma, le pedí a miguel que me dejara ir, quería volver a casa, allá estaría segura, el me miro y en sus ojos note compasión, al menos un poco, una increíble tormenta se había desatado en el lugar y tras el impacto de un fuerte rayo pude salir huyendo, a los lejos se percibía la salida pero entre más corría más lejos se veía, corrí con las pocas fuerzas que mi cuerpo tenia y justo llegando al final caí, por unos minutos todo fue silencio y oscuridad, escuche la respiración de alguien, se acercaba, pego sus labios a mi oído y dijo, “por favor despierta”, era mama, sonreí, con calma abrí los ojos, de nuevo era demasiada luz, la mire y una que otra lagrima se derramo, al fin todo acababa, la contemple con toda su esencia y ella a mí, me abrazo mientras uno tras otro doctor sorprendido entraba a mi habitación, al parecer mi diagnostico indicaba que no volvería a despertar y esta era su despedida antes de que mi corazón fuera desconectado.


FIN

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